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Gamba de Palamós

Históricamente la Costa Brava ha sido tierra de pescadores. Mucho antes del boom turístico, la gran mayoría de pueblos del litoral debían sus vidas al mar y la pesca. Su configuración geográfica y la calidad del ecosistema han hecho de las aguas de esta costa una zona fértil y cualitativa de numerosas especies.

De todos los productos pescados en la Costa Brava, hay especialmente uno que ha cruzado todas las fronteras establecidas y ha obtenido un reconocimiento de calidad por parte de los paladares más exigentes de todo el mundo: la Gamba de Palamós.

Palamós es un una villa marinera, justo en el centro de la Costa Brava, que ha sabido mantener a la perfección su legado marinero, combinado con la atracción turística y comercial. La actividad pesquera en esta población se remonta más allá del s. XIII.

La gamba de Palamós es la más popular de las pescadas en Cataluña. Siempre ha sido muy apreciada, pero hay un punto de inflexión en la década de 1950, cuando pescadores venidos del sur de Cataluña y de la Comunidad Valenciana introdujeron en Palamós un nuevo arte de pesca: el arrastre. Con esta nueva técnica se descubrieron unos caladeros muy notables de gambas, y desde entonces este crustáceo se consolidó como un producto importante para la Cofradía de Pescadores de Palamós, que con los años ha ido ganando renombre y reconocimiento.

Desde el año 2009, además, este crustáceo cuenta con la marca de garantía “Gamba de Palamós”, que permite definir requisitos y normas de calidad en toda la cadena de producción, aumentando la confianza del consumidor y protegiendo uno de los recursos naturales más preciados de la Costa Brava.

 

La marca de garantía asegura que la gamba llega siempre al cliente con el máximo nivel de calidad: un sabor exquisito, una aroma inconfundible, un aspecto atractivo y un grado de frescura inmejorable.

Diariamente, el producto capturado se somete a un control de calidad antes de entrar en subasta, donde se identifica el caladero de pesca y las características sensoriales, como por ejemplo el aspecto, la textura, las piezas por quilo y la temperatura con que llegan al puerto.

Son muchas las virtudes que diferencian a esta gamba del resto. Su cuerpo rojizo intenso, su textura firme y fina al mismo tiempo, su frescura y su sabor exquisito, hacen que la degustación de la Gamba de Palamós sea un placer único e íntimo.

Es un espectáculo ver cómo llegan a puerto las barcas de arrastre y asistir cada tarde a la subasta de los pescadores locales en la Lonja. Reconocimiento al esfuerzo diario de estos pescadores y a su destreza para mantener la máxima calidad de la gamba.

El mejor lugar para degustarlas son los propios restaurantes locales, que están acreditados para preservar la joya de la corona de la bahía.

Photo:
1. Gambes de Palamós. Sherry Ott, Arxiu Imatges PTCB
2. Llotja de Palamós. Maria Geli i Pilar Planagumà, Arxiu Imatges PTCB
3. Dish with Gamba by Paco Pérez. Miramar
4. Llotja de Palamós. Maria Geli i Pilar Planagumà, Arxiu Imatges PTCB.